Durante el siglo XVI, los españoles se lanzaron a los mares en pos de conquistas materiales y espirituales. Aunque Cristóbal Colón se había topado con América, era Asia lo que originalmente interesaba a los hombres de su tiempo. Tras posesionarse de la Nueva España y tras varios intentos fallidos por lograr un asentamiento permanente en Asia Oriental, los españoles finalmente lograron posesionarse de las Filipinas en 1565. Aunque este archipiélago se constituiría en la colonia española en Asia durante siglos, durante las últimas décadas del siglo XVI era considerado meramente como una etapa transitoria hacia objetivos más suculentos. China, especialmente, se encontraba en el punto de mira de conquistadores y misioneros, debido no sólo a sus míticas riquezas, sino también a su desarrollada cultura y civilización y a su gran cantidad de potenciales almas para salvar. |